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Por años lo vimos instalado a un costado de la ruta 5 por lo que había curiosidad de conocerlo. Y vaya que sorpresa. Completamente remodelado por la Familia Massenez – quienes realizaron una tarea impresionante -, el restaurant Entre Ríos incorpora una completa boutique de vinos y destilados muy seleccionados, incluyendo una sala de cata de lujo – un deleite para fanáticos y amantes del vino -, y por supuesto, un nuevo y renovado salón. El resultado es un diseño en maderas nativas completamente ejecutado por manos chilenas, pues como señala Dominique Massenez: “existen muy buenos artesanos en Chile, solo que hay que pagarles bien y tenerles más confianza”. Las finas terminaciones del lugar comprueban que ello no es solo un discurso. Notable resulta también el servicio, pues cuentan con una muy buena fórmula, la que mezcla un pedazo de Francia con sus preparaciones y estilo, junto al cariño y la hospitalidad chilena, una atención personalizada y un ambiente acogedor. Si a esto sumamos a los anfitriones – la Familia Massenez -, la experiencia es total. Los detalles y las luces, componen una bella sinfonía que es digna de admirar, y es que el lugar es tan armónico, que además de poder ir a comer, está perfecto para una boda o cualquier evento importante.

Comenzamos con la degustación de Donum Massenez White Assemblage, uno de los vinos de la viña familiar, elaborado a base de Sauvignon Blanc y Semillón, donde encontramos aromas cítricos y herbales, acompañados de toques a frutas tropicales, con una boca de buena acidez, ligera y de final largo; seguido de Flaviata Assemblage, un blend compuesto de Cabernet Sauvignon, Merlot y Syrah, el cual tiene una buena intensidad aromática que recuerda a frutas rojas frescas, junto a una boca redonda, de taninos dóciles y buen beber. Para corroborar la buena enología que hay detrás de sus vinos, también probamos Donum Massenez Red Assemblage, el cual está compuesto de Cabernet Sauvignon, Merlot y Cabernet Franc. Un vino muy aromático, con notas a frutas rojas, negras y azules, y que en boca muestra un gran cuerpo, de taninos firmes y dóciles, redondo y de buena concentración.

Ya en la mesa, una hermosa mezcla de colores, texturas y aromas maridaron con gracia con los vinos de la casa. En los entrantes, Pate de Foie Gras de pato de la zona ($ 12.000), un deleite al paladar, nada que envidiar a un foie gras francés; Pulpo en salsa de olivo ($ 9.500), el que aportó un fresco y sabroso comienzo; y Oeufs en meurette o huevos en meurette, un plato que sobrepasó toda expectativa, sublime, con una delicada presentación y donde pudimos saborear una preparación típica de la borgoña. Posterior a este festín de entradas fue el turno del principal: Boeuf Bourguignon ($ 10.000). Un clásico de la cocina francesa – que mezcla el buey con el vino -, que nuevamente y por instantes, nos transportó a la borgoña; buena preparación y agradable textura. Para devorarlo. Para el final algo sorprendente, no solo porque fue acompañado por un perfecto Creme Brulée al Jengibre ($ 5.000), sino también por un invento de la casa, lo cual consiste en servir Pisco Tabernero directamente sobre un Sorbet de limón de pica ($ 5.000), y así nada más, rendirse en una experiencia sabrosa y placentera. Ya lo saben, si pasan por ahí – sobre todo ahora si tienen pensando un viaje al sur para estas Fiestas Patrias -, no duden en entrar. Aquí encontrarán una atención y una comida que es un lujo en la carretera.

Marco Monsalve


Fuente: https://experiencias.wherelunch.com/2015/09/03/entre-rios-un-lujo-en-la-carretera/